Cuando no llega la respuesta que esperabas

No nos llames, nosotros te llamamos.
Esta frase en múltiples formas de decirla, es la respuesta que reciben muchas personas cuando presentan procesos de selección y después de una primera entrevista te informan que te llamarán, o peor aún, no se vuelven a comunicar contigo.
Cuando estás en búsqueda de empleo u otras oportunidades laborales, participas en un proceso con toda la fuerza para alcanzar el resultado que esperas; ese sí que sientes puede cambiar tu realidad en el momento presente.
Sin embargo, esta respuesta que no llega, o esa respuesta de "tienes muchas competencias pero seleccionamos a alguien que se adapta mejor al perfil" se recibe con más frecuencia de lo que imaginas; y ¿Qué hacer para no dejarnos abatir por la frustración?, ¿Cómo afrontar un "no" y comenzar de nuevo sin perder la confianza en uno mismo?
Lo primero es que tengas presente que lo que otros digan de ti no te define, ni determina tus capacidades y competencias; y lo más importante, es que no te derrumbes ante los obstáculos que se presentan. La realidad es que esta vez te dijeron que no, pero esto no determina tu futuro; así que lo necesario es tomar aire y en lugar de autovictimizarte, es revisar la estrategia y prepararte mejor para tomar impulso y comenzar con más fuerza (más preparación) para el próximo proceso.
Recuerda que tu seguridad la proyectas y es lo que ve tu entrevistador, así que darse por vencido o culpabilizar a factores externos no es la solución para alcanzar los objetivos que deseas.
Algunas sugerencias para empezar de nuevo con mejores resultados.
Cuando hayas respirado después de recibir un "no" y estés más abierto a evaluar qué puedes hacer mejor en la próxima oportunidad, te dejo unas sugerencias que te servirán para una nueva entrevista.
Conoce la empresa y el cargo al que vas a aplicar. El que tiene el conocimiento, tiene mayor oportunidad de prepararse para mostrar su ventaja competitiva. Si llegas a una competencia sin haber entrenado, es probable que no llegues de primero a la meta.
Conocer la empresa te dará una idea de cómo es su cultura, cuál es el sector, qué necesidades pueden tener que deseen cubrir con el cargo al que aplicas. Además, te permitirá identificar los requisitos del cargo y hacer un mejor análisis de los recursos con que cuentas que pueda cubrir esas necesidades.
2. Prepárate. Prepararse no significa hacer guiones predeterminados, porque si te cambian las preguntas puedes quedar en blanco. Pero prepararse es autoconocerse, saber cómo te describes a ti mismo, cuáles son tus fortalezas y también, tus oportunidades de mejora. Cómo puedes dar solución a las necesidades del cargo; en qué ocasiones has tenido éxito y cómo has logrado los resultados. Todo esto alineado con el objetivo del cargo, te dará mayor seguridad a la hora de responder a tu entrevistador.
3. Practica. Quizás tu crees que estás proyectando la imagen que deseas, pero si te miras al espejo, puede que lo que estés mostrando no es lo que en realidad puedes mostrar de ti.
La mejor sugerencia que te doy es que te asesores de un experto, que te pueda dar un feedback de cómo ve tu comportamiento, la seguridad en tus respuestas, si eres claro a la hora de expresar tus conocimientos; tu lenguaje no verbal, etc.
Sin embargo, puedes hacer una aproximación grabándote. Prepara algunas preguntas que te han hecho y en las que no has sentido seguridad al responder. Pon tu cámara y empieza a contestarlas como si estuvieras hablando con tu entrevistador. Luego, revisa la grabación, mira tus movimientos, analiza la calidad del contenido de tu respuesta, la seguridad que proyectas. Hazlo como si estuvieras viendo a otra persona, solo así podrás ser más objetivo.
4. Cuida tus emociones. Si caes preso de la ansiedad, los nervios y el estrés, ten en cuenta que no es que sean factores externos los que te provocan esas emociones, son tus pensamientos y la forma en que evalúas la realidad las que te los generan. Así que el control de tus emociones está en tus manos; observa lo que piensas; ¿Qué es lo que te pone ansioso?, ¿Esa emoción te aporta o te bloquea?, ¿Cómo estás interpretando la realidad?
Si vas a una entrevista como cuando llevan a un toro al matadero pues tu respuesta será de miedo, y el miedo paraliza, te prepara para la huida y es lo que menos necesitas. Requieres un estado de serenidad que te permita pensar mejor y de ésta forma tener el control de tus respuestas.
Ten presente que obstáculos vas a tener. Es difícil escuchar un "no" por respuesta y más cuando hay situaciones apremiantes, pero de nada te servirá quedarte "tirado en la arena". Todo obstáculo es una oportunidad para hacer las cosas mejor.